martes, 7 de abril de 2009

Historietas de gangsters

Nuestros legisladores se rasgaron las vestiduras porque Barack Obama comparó a Felipe Calderón con Elliot Ness, el legendario agente del tesoro estadounidense, que inmortalizó aquella exitosa serie de televisión Los Intocables. Más allá de ideologías y colores, reaccionaron como si el presidente de Estados Unidos, quien nos visitara el 16 y 17 de abril próximo, hubiese comparado a su homólogo mexicano con el mismísimo Al Cappone, a quien, por cierto, Ness persiguió y encarceló por evasión fiscal.

A los legisladores les sobró solemnidad y les faltó sentido del humor para comentar la puntada de Obama.

“Los policías comandados por Elliot Ness buscaban una banda, mientras que el Presidente de la República combate miles de bandas; y además, no sólo lucha contra los malos, sino también contra la corrupción y la impunidad.”, declaró, muy serio, el senador del PAN, Felipe González.

El diputado del PRI, Emilio Gamboa Patrón, se envolvió en la bandera nacional y reclamó a la cancillería una protesta oficial.

Hasta el senador perredista, René Arce, se adhirió al coro. Dijo que la comparación está fuera de lugar, pues la lucha que encabezó Ness nunca acabó con las mafias y al final se tuvo que legalizar el alcohol.

El que de plano no se midió fue el diputado del PAN, Héctor Larios. Llegó al extremo de descalificar al presidente de Estados Unidos. “Se quedó perdido en las historietas de gangsters”, recalcó.

No es para tanto, señores legisladores.

Hay tareas pendientes que pueden ayudar en el combate al crimen organizado y en las que el Congreso ha tenido enormes dificultades para ponerse de acuerdo. Allí está la famosa Ley de Extinción de Dominio, utilizada por el PAN para propaganda su electoral contra el PRI, o la del Combate al Narcomenudeo, que no ha sido dictaminada ni en comisiones.

En la entrevista con CBS, donde hizo la comparación con el celebre agente del tesoro, Obama dijo cosas mucho más graves y muy reales: que la narcoviolencia está fuera de control, y que es una amenaza a las ciudades de la Unión Americana que tienen frontera con México.

Pero también, y sobre todo, el presidente de Estados Unidos confirmó el nuevo enfoque, auto crítico, que allá se tiene sobre la lucha contra el narcotráfico. Obama admitió que es una calle de doble sentido y que a su país le corresponde la tarea de reducir el consumo de drogas e impedir el flujo masivo de armas hacia el sur.

Casi al mismo tiempo, en su gira por Londres, el presidente Calderón dio a conocer datos duros que confirman la urgencia de que Estados Unidos ponga su parte, sobre todo en la venta de armas a los carteles de la droga. En lo que va de su sexenio se han decomisado casi 30 mil armas, la mitad de ellas rifles de asalto. El 90 por ciento venían del norte del Río Bravo.

Nuestra frontera es con el mercado más grande del mundo y con el principal productor y vendedor de armas del mundo. Si ellos ni asumen su responsabilidad, el esfuerzo mexicano habrá sido inútil.

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