sábado, 12 de diciembre de 2009

Andrés Manuel sube; Marcelo Baja.

Usted quizá lo vio o lo leyó en algún periódico. Sin estar presente. Andrés Manuel López Obrador se llevó la nota del Congreso Refundacional perredista, celebrado en Oaxtepec, Morelos, el pasado fin de semana. Fue una semana redonda para el hombre de Macuspana: Clara Brugada, incondicional del tabasqueño, ya es delegada en Iztapalapa.

Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del DF, acató, sin mayores resistencias, las instrucciones de su predecesor en el Palacio de Ayuntamiento, y llevo a Brugada
A la jefatura delegacional de Iztapalapa, la demarcación mas grande (2 millones de habitantes) y con mayor presupuesto (4 mil millones de pesos) en la Ciudad de México.

El nombre de Andrés Manuel , quien va derecho y no se quita rumbo a la candidatura presidencial, fue coreado con fuerza en el Congreso del PRD por los amigos de Marti Batres, agrupados en la minoritaria corriente de Izquierda Social, justo cuando Marcelo Ebrard, otro presidenciable del amarillo, pronunciaba su discurso de unidad.

Los seguidores de Batres, Secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal, colocaban así al Jefe de Gobierno, aliado del tabasqueño, como el rival a vencer en la contienda interna por la aún lejana candidatura. Ni duda cabe que cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde.

El suceso, ampliamente difundido por la prensa nacional, opacó los avances alcanzados por una mayoría de delegados amarrillos, y proyectó la imagen de que los perredistas son incapaces de entenderse, de respetarse, de luchar por una causa común.

Pero si el Congreso dejó dudas sobre su carácter refundacional --los escépticos hablan de que solo se logró una nueva tregua entre corrientes -- el evento ha sido el más terso y provechoso que los perredistas hayan celebrado en años.

A contrapelo de las directrices enviadas a los congresistas por el Peje, los delegados echaron por tierra la dogmática prohibición de hacer alianzas con el PRI y el PAN en los comicios locales. Decisión oportuna. Las elecciones de gobernador en Oaxaca e Hidalgo, a celebrarse en 2010, podrían resucitar las canceladas coaliciones.

Otro acuerdo de envergadura es el relativo al método de elección del candidato presidencial. A partir de ahora, no necesariamente tendrá que ser por voto directo, universal y secreto. Si un 60 por ciento de los consejeros nacionales asi lo acuerda, la elección se realizará en forma indirecta.

Pero quizá lo más relevante es la decisión de constituir comités en cada una de las secciones electorales; es decir, llevar la elección de dirigentes a la base del partido. De abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo.

Falta por ver si estas modificaciones a los documentos básicos van acompañadas de cambios en las actitudes. En ello va no solo la recuperación, sino la sobrevivencia misma del partido que hace 20 años fundó Cuauhtémoc Cárdenas, y que hoy atraviesa por una de sus peores crisis.

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