viernes, 27 de marzo de 2009

¡Al diablo con los estatutos!

Otra vez los perredistas se metieron en el ojo del huracán. Incapaces de lograr acuerdos que les permitan avanzar cohesionados hacia los comicios federales de julio próximo, decidieron resolver el explosivo tema de las candidaturas para las elecciones de julio próximo, con un método que los exhibe y los divide: las elecciones internas.

El resultado allí está. Otro cochinero. Las denuncias de compra de votos, intimidación, suplantación de urnas, carruseles, reparto de despensas, se multiplican. Las evidencias de lo ocurrido también. Hay videos, fotos, testimonios, de cómo se hacen trampa chuchos, bejaranos, obradores, marcelos, padiernas y tribus que los acompañan.

El colmo: al servicio electoral del partido ¡se le cayó el sistema en la capital de la República! La burla: Andrés Manuel López Obrador anunció que, de cara a las elecciones del 5 de julio próximo, respaldara al PRD solo en el Distrito Federal y en Tabasco. En el resto del país hará campaña por el PT y Convergencia.

El respaldo diferenciado esta prohibido en el PRD. A cualquier otro militante lo hubieran expulsado. Pero el Peje esta más allá de las reglas y documentos básicos. ¡Al diablo con los estatutos!

Aunque usted no lo crea, el ganador de las elecciones internas en el DF es nada menos que René Bejarano. El famosísimo señor de las ligas, el mismo que usted vio en el despacho de Carlos Ahumada metiendo pacas de dinero en una maleta y en las bolsas de su saco, se llevó la parte de león en la capital.

Los candidatos bejaranistas adelantaban en 14 de las 16 delegaciones, y en 30 de los 40 distritos electorales de la Ciudad de México. Los perredistas del DF o tienen la memoria muy corta o la tolerancia muy larga.

Hay quejas de irregularidades casi en todas las delegaciones. Los casos más evidentes se registraron en la Cuauhtémoc, Álvaro Obregon, Cuajimalpa, Coyoacan, Gustaco a Madero, Iztapalapa.

El senador Rene Arce, líder de la derrotada corriente de Nueva Izquierda en el DF, es formal en sus acusaciones: El Gobierno del Distrito Federal se metió a operar en todas partes. Otro dirigente de Nueva Izquierda, Fernando Balaunzarán, candidato a diputado local, bautizo a Ebrard el mesías de las candidaturas oficiales: “las resucitó.”

Escribe Belaunzarán en su Herejía Política:

“Lo más ruin de todo es cómo se abusó de la necesidad de la gente, no sólo ofreciendo dinero en efectivo sino también becas de diversos tipos; y a los que ya las tenían, siendo madres solteras, niños o estudiantes de secundaria con buenas calificaciones, les condicionaron su mantenimiento a cambio del voto a favor de los candidatos oficialistas por parte de sus familias y de diez vecinos más. Lo mismo se hizo con los que requieren contar con escrituras para sus casas o necesitan recursos públicos para el mejoramiento de sus unidades habitacionales”.

Los chuchos tampoco se quedaron atrás en eso de la mapachería. El propio René Arce, dirigente de los Chuchos en la capital, echó a andar todo el aparato delegacional para mantener bajo su control lo que hasta ahora ha sido su feudo: Iztapalapa. Pero las despensas no le alcanzaron para sus propósitos y extraoficialmente la próxima delegada será la bejaranista Clara Brugada.

Lo sucedido en la capital no está en el radar de Jesús Ortega. El presidente nacional del PRD quiso tapar el sol con un dedo. Admitió irregularidades sólo en tres puntos. “Lo demás son dichos”, aseguró Chucho.

La incapacidad manifiesta de los perredistas de respetarse a si mismos es un freno a la transición democrática. En la debacle amarilla no hay nada que celebrar y mucho que lamentar. Para lograr los equilibrios necesarios, México necesita de una izquierda moderna, fuerte, unida, y no de grupúsculos que utilizan dinero y despensas para comprar voluntades entre los más necesitados.

No hay comentarios: