lunes, 13 de julio de 2009

Un país sin guerra, pero muy violento

El reto al Estado que significa el asesinato de cinco integrantes de las fuerzas federales, en represalia por la captura de Adolfo Rueda Medina, alias La Minsa, uno de los jefes del Cartel “La Familia”, es reflejo de la situación de vulnerabilidad que vivimos frente al crimen organizado, mas que resultado de la desesperación por los golpes que les ha atizado el Ejército y la policía a los cárteles de la droga, como se afirma en el discurso oficial. La pequeña guerra local dejó también 18 heridos.

El sábado hubo ataques intermitentes contra las fuerzas federales en Morelia, Pátzcuaro, Apatzingán, Zitácuaro, Lázaro Cárdenas, Huétamo, Zamora y Taretan. La pequeña guerra local dejó también 18 heridos.

Fueron ataques coordinados, organizados, planeados. Los reportes provenientes de ese caliente estado, donde ha habido 649 ejecuciones desde el 2007, coinciden en que no hubo victimas mortales entre los elementos de La Familia. Es decir, agarraron por sorpresa a las fuerzas federales, lo que parece
Increíble en una entidad con fuerte presencia del crimen organizado.

“Es la mayor ofensiva contra fuerzas federales y militares en la historia del crimen organizado en México”, sintetizaba ayer el periódico El Universal

Cuatro días antes, el crimen organizado había acaparado nuevamente los reflectores con los asesinatos de Benjamín Lebaron y su cuñado, en la comunidad mormona de Galeana, Chihuahua. La víctima había encabezado movilizaciones y plantones en demanda de seguridad, luego que su hermano Eric fuera secuestrado, y liberado, después de que los mormones se negaron a pagar el rescate fijado por los se secuestradores en un millón de dólares.

Los asesinos del mormón dejaron un letrero junto a los cadáveres ara wure no hubiera dudas de que se trataba. : “Para los de Lebaron que no creen. Para que ahora sí crean. Va como venganza por los 25 jóvenes levantados y detenidos en Nicolás Bravo.”

La escalada del crimen organizado obliga al gobierno a replantear la estrategia que ha seguido desde que se le declaró abiertamente la guerra al narcotráfico en el 2007. EL Ejército en las calles no parece ser la solución al gravisimo problema.

La Encuesta Nacional de Seguridad 2008, del Colectivo de Análisis por la Seguridad con Democracia, AC, reportó que el 34% de los ciudadanos entrevistados considera al crimen organizado de la principal amenaza para la seguridad nacional. es decir, la presencia del Ejército en las calles no parece convencer al ciudadano común y corriente de que ese es el camino para derrotar al crimen organizado.

Los narcos han convertido a México en el país con más muertes violentas, pese a no tener una guerra civil. “Este dato debe llevarnos a la reflexión”, comentó hace poco el ombusdman capitalino, al participar en el seminario Sociología del Crimen Organizado, Derechos Humanos y Sociedad Civil, organizado por el Cide.

Alvarez Icaza recordó que la seguridad es un derecho humano, y que el Estado está obligado a proporcionarla. “Tenemos derecho a vivir sin miedo de los delincuentes, y también de los malos policías”, dijo. Pero ahora, ese derecho es una utopía.

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